Ninguna aplicación está libre de bugs.
Siempre se puede, a posteriori, alterar algún requerimiento funcional del sistema. Y listo, he allí un bug. Por cierto, al cliente no le importan las precisiones sobre bug, fault, failure, ni los estándares del IEEE al respecto. Esta referencia al cliente nos permite continuar de inmediato hacia la Metaheurística III.
Ah, pero lo de alterar un requerimiento funcional “es trampa”, para eso están los contratos 😀
para un cliente cualquier cosa rara es un bug.
+ los bugs propios del programa, q suelen ser bastantes 😛