El cliente siempre tiene la razón… y nunca sabe lo que quiere.
Balancear esas dos verdades constituye todo un arte.
soliloquies scarcely touching upon chocolate, Lucía's eyes or decorous prose
El cliente siempre tiene la razón… y nunca sabe lo que quiere.
Balancear esas dos verdades constituye todo un arte.
uffffffffff y que mas decir, que a veces es una locura totla
Esto sí es cierto. Con más frecuencia de la que quisiera, el sistema entregado es taaaan distinto a la especificación original!!
al principio sí saben lo que quieren, o eso parece… lo que pasa es que a medida que se va adquiriendo más conocimiento sobre el problema, se hace necesario tomar otros caminos que no estaban previstos…
la verdad, verdad! pero sin ellos no podemos vivir 😛
lo mas importante es lo primero, con lo segudno se aprende a vivir
Diré que el cliente no siempre tiene la razón. Precisamente por eso parece que no sabe lo que quiere. En realidad los clientes llegan con alguna necesidad, el deseo de ver algo implementado, y es tarea del analista de sistemas descubrir el núcleo de dicha necesidad. A partir de allí, procede la construcción del sistema.
y la verdad es que a veces pareciera que no saben qué es lo qe quiern!!!!!!!!!!!
Muy ingenioso, Alejandro.
Se puede decir más alto, pero no más claro. Se presupone que los clientes son racionales, pero en el mundo de hoy en día, si la fe auténtica escasea, la razón es inencontrable.
Gracias por tu visita.
Saludos
Ves? al final somos artistas, jajjajja
muy bien dicho, así son los clientes,, pero sin ellos nada de naada somos
si saben lo que quieren, solo se hacen los locos, jeje
pero todos nosotros tambien somos clientes en algun momento 😉
Gracias por tu amable comentario en mi blog, amigo Alejandro. El libro citado debe ser accesible, ya que se publicó hace no muchos años en la editorial Valdemar. Deberían tenerlo en las bibliotecas y librerías. De todas formas, algunos de sus relatos deben estar colgados en páginas de internet. Seguro que encuentras el de don Juan Manuel.
Un fuerte abrazo, amigo