Llegó este domingo pasado. Hacía algunos años que no me daba gripe. Comprobé que tenía casi olvidada esta mezcla de distorsiones… las voces lejanas, la respiración difícil, el frío y el calor repentinos, lo difícil que desde niño me resulta tragar pastillas, etcétera. Por ese muy reprobable vicio de buscar relaciones causa-efecto en casi todo atribuí la gripe al polvo en el libro que leí este fin de semana. Por cierto, libro obsequiado por mi tía, muy bueno, sobre la locura y el narcisismo de un psiquiatra que la justicia venezolana condenó por asesinato de una paciente. Lo más relevante del libro no es su historia policial ni los personajes ni los diagnósticos de los psiquiatras sobre su colega. No. Lo más relevante es cómo ese crimen demuestra la idiotez, la superficialidad, la corrupción de buena parte de la sociedad venezolana. No es algo de ahora, viene de mucho tiempo atrás.
En fin. Cero libros por ahora. Y música y cine tampoco (con ojos y oídos así, imposible). Lo bueno de todo esto son los recuerdos de la infancia, y la adquisición de nuevas defensas seguramente útiles para el futuro.
P.D. Ah, otra cosa buena: el fútbol. Más fútbol 😀
Yo tambien ando griposo, así que comprendo por lo que estás pasando. Es muy molesta la gripe, aunque llevadera, por fortuna. No conocía el libro que mencionas y ya saes que me interesan todos los de asunto policial. Reconozco mi casi total desconocimiento sobre la sociedad venezolana. Aquí solo llega la imagen de Chavez, por desgracia, pero debe ser un país lleno de matices. Para mí está por descubrir. Ojalá pueda visitarlo algún día. Nunca he estado en América… Y no sabes las ganas que tengo de conocer Venezuela, Argentina, Perú, México… incluso EEUU.
Abrazos