Después de la lluvia, la tarde dispersa los efluvios de la albahaca y la menta, y el último sol inicia su tímido repliegue entre los nubarrones. Las pisadas son firmes, porque el agua aún corre sobre la tierra y las hojas. El triunfo de la naturaleza y su ciclo, las sensaciones renovadas. En una tarde perfecta, llena de aromas, frescura, y recuerdos infantiles, podríamos acompañar el canto de los grillos y la brisa con el bueno de Coltrane interpretando After the rain.