Qué sensación tan extraña, ese placer de razonar en abstracto, de romper y armar la realidad a fuerza de números, reglas y excepciones. Cuando el trabajo es un gusto, un deleite, una obsesión. Finalmente, el proyecto está concluido. Otro desafío vendrá, muy pronto. Y asombra (asusta) descubrir que el tiempo se ha distorsionado: los amigos ya no viven donde vivían, no trabajan donde trabajaban, no te recuerdan con la nitidez de otrora… hay grietas de vejez en el arbusto de albahaca que recién ayer era joven. Es el tiempo, al que no le importan tus pasiones humanas. Recuerda siempre que toda gran ambición implica sacrificios aún mayores.
Hola, amigo Alejandro.
Muy buen reflexión a cuenta del paso del tiempo, que todo lo trastorna y lo desbarata. Bueno, para mí ha sido una inmensa alegría leer tu comentario y recibir tu visita.
Espero que el trabajo te permita pasarte por tu blog (y por el mío, jajaja) de cuando en cuando, para que sepamos el uno del otro.
Abrazos, con mis mejores deseos.
PS: El Madrid este año ha empezado fatal en la Liga. Lo tenemos mal con el Barça, eh 🙂