A veces los “¿Y si…?” me atacan sin clemencia. Quizás “si…” no te habría perdido, y no me habrías perdido. Una decisión equivocada, una emoción que no pudo reprimirse, una palabra inoportuna, una mirada indiscreta, una ausencia. ¿Y si aquella noche yo…?. ¿Y si hubiese renunciado a mi orgullo para decir que te extrañaba?. ¿Y si tú no hubieses…?. ¿Y si aún…?
Y si hubiese visto Shrek en 3d?