Kipling’s wit

I’m delighted by Kipling’s ghost tale “The Phantom Rickshaw”. The tale is exceptionally well-structured, takes place in his beloved India, and I have to remark that the prose is clever, amusing and pleasant (such is the blessing of Kipling’s writings). Further, Kipling’s humor is very keen and critic. Take, for example, this sentence:

The weather in India is often sultry, and since the tale of bricks is always a fixed quantity, and the only liberty allowed is permission to work overtime and get no thanks, men occasionally break down and become as mixed as the metaphors in this sentence.

Or this other extract:

When he recovered I suggested that he should write out the whole affair from beginning to end, knowing that ink might assist him to ease his mind. When little boys have learned a new bad word they are never happy till they have chalked it up on a door. And this also is Literature.

And the perpetual persistence of Mrs Keith-Wessington, reducing her problems with ill-fated Jack Pansay to a “hideous mistake” seems very funny to me 😀 The full tale may be read here.

Première Soirée

Auteur: Arthur Rimbaud (écrit mai-juin 1870)

– Elle était fort déshabillée
Et de grands arbres indiscrets
Aux vitres jetaient leur feuillée
Malinement, tout près, tout près.

Assise sur ma grande chaise,
Mi-nue, elle joignait les mains.
Sur le plancher frissonnaient d’aise
Ses petits pieds si fins, si fins.

– Je regardai, couleur de cire,
Un petit rayon buissonnier
Papillonner dans son sourire
Et sur son sein, – mouche au rosier.

– Je baisai ses fines chevilles.
Elle eut un doux rire brutal
Qui s’égrenait en claires trilles,
Un joli rire de cristal.

Les petits pieds sous la chemise
Se sauvèrent : “Veux-tu en finir !”
– La première audace permise,
Le rire feignait de punir !

– Pauvrets palpitants sous ma lèvre,
Je baisai doucement ses yeux :
– Elle jeta sa tête mièvre
En arrière : “Oh ! c’est encor mieux !…

Monsieur, j’ai deux mots à te dire…”
– Je lui jetai le reste au sein
Dans un baiser, qui la fit rire
D’un bon rire qui voulait bien…

– Elle était fort déshabillée
Et de grands arbres indiscrets
Aux vitres jetaient leur feuillée
Malinement, tout près, tout près.

Commentaire par Alejandro: Ici, un poème sensuel écrit par Rimbaud à l’âge de 16 ans. En fait, “Première soirée” est son premier poème amoureux.

Durmientes de Polvo, Rincones y Memoria

Muchas casas se esmeran en ocultarlos. En otras, sin embargo, he visto que los aceptan con naturalidad y los dejan dormir a su gusto. Intento ser cortés al asumir el sentimiento de naturalidad, pero debo conceder que muchas veces se trata de simple resignación. Con el tiempo, van acumulándose en los rincones, en algunos estantes desprovistos de su propósito original, o en cuartos especialmente dedicados (sobre todo cuando se trata de familias que pagan elevados tributos al pasado). Carpetas, cuadernos, juguetes de los hijos (en pasado) y de los nietos (en futuro), herramientas con pequeñas averías que algún día serán corregidas, una lata de refresco con motivo del mundial de Italia 90 y que por aquel entonces servía como portalápiz, el LP de una banda nacional que acaparó todos los juramentos adolescentes de los 70 y cuya evocación actual sólo puede causar vergüenza, y en general, cosas que ahora no se sabe para qué pueden servir (si acaso se supo alguna vez).

Algunos de los míos

A muchas familias no les importa que sus visitas se encuentren con esa herencia de la historia. Yo lo asumo como una invitación a que descubramos la realidad del respectivo hogar y sus habitantes. Esforzándonos un poco en la observación de los cachivaches que guardan, podríamos descubrir quiénes eran, quiénes querían ser y quiénes son ahora. Podríamos incluso llegar a la verdad de aquellas personas. Después de todo, Cervantes nos plantea que la historia es madre de la verdad. Y un empolvado libro sobre los Beatles, una guitarra sin dueño y sin ecos, la ropa para los bebés que ya no hay en casa, los cartuchos de Nintendo, las tijeras sin filo, copias de la carta de ingreso a la facultad, la calculadora sin pilas, pequeñas casas modeladas en arcilla… son historia pura. Por otro lado, algunas familias procuran ocultar sus recuerdos, estas cosas que puedan descubrir a un forastero los caminos que han recorrido. Sabremos, en estos casos, que se trata de gente pudorosa. Para ellos, la revelación de su pasado los dejaría turbadoramente desnudos.

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hello, world

Personally, by reading “hello, world”, I evoke orange and warm afternoons, with my eyes strained (and soothed) by code. Nice, and overly inefficient Pascal code. In some images, a few BASIC snippets interleave, but those are not that nice to remember…

In calm thoughts, these two words (with the comma) bring to mind plenty of images. More often that not, I hold “hello, world” in fond remembrances. For this post I’ve slightly modified the default WordPress post title, in favor of the original Kernighan‘s form: no capitalization and presence of comma. Through the years, it seems to me that this sequence lightens my worries when coping with new languages, systems, things. Somehow, the mind has understood that once “hello, world” is done, then reaching the entire system is achievable. Kind of Pavlovian Conditioning, I guess.

In K&R’s C Tutorial, this feel at ease perception it’s also intended:

The only way to learn a new programming language is by writing programs in it. The first program to write is the same for all languages: Print the words hello, world. This is the basic hurdle; to leap over it you have to be able to create the program text somewhere, compile it successfully, load it, run it, and find out where your output went.

This way, “hello, world” should be our first step for pummeling through the new beast (language).
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Postales en Sepia: I

Ayer la vi. Aunque estaba de espaldas, supe que era ella. La reconocí por la lista de nombres mal escritos y mal borrados de su corazón, por las muchas historias inconclusas en las que se había inscrito, y por el tatuaje que alguna vez me prometió no hacerse.

Quise llamarla, sustraerla por unos minutos del murmullo de los peatones, para decirle que a veces soñaba con ella. Pero ya no la recordaba.

Evangelista

Llegué por un atajo, el del evangelio. Tenía un letrero grande que decía: “Gracias te doy, Señor, nuestro Dios, rey del universo, que por el poder de tu misericordia así me restituyes, viva y consciente, mi alma”. No había reparado yo, a pesar de los años, en el pelo siempre ensortijado de los ángeles, ni en esa casi automática asociación entre las rubias y el pecado. Acepté también que “ni yo puedo hacerte todas las preguntas, ni tú puedes darme todas las respuestas”. Después vinieron tus bendiciones con elefantes, ensayos, cavernas y el hijo descarriado de Adán y Eva. Gracias, señor. Gracias, maestro. Que le vaya bien.

Esa boca

Autor: Mario Benedetti (1955. Incluido en su recopilación “Montevideanos” de 1959)

Su entusiasmo por el circo se venía arrastrando desde tiempo atrás. Dos meses, quizá. Pero cuando siete años son toda la vida y aún se ve el mundo de los mayores como una muchedumbre a través de un vidrio esmerilado, entonces dos meses representan un largo, insondable proceso. Sus hermanos mayores habían ido dos o tres veces e imitaban minuciosamente las graciosas desgracias de los payasos y las contorsiones y equilibrios de los forzudos. También los compañeros de la escuela lo habían visto y se reían con grandes aspavientos al recordar este golpe o aquella pirueta. Sólo que Carlos no sabía que eran exageraciones destinadas a él, a él que no iba al circo porque el padre entendía que era muy impresionable y podía conmoverse demasiado ante el riesgo inútil que corrían los trapecistas. Sin embargo, Carlos sentía algo parecido a un dolor en el pecho siempre que pensaba en los payasos. Cada día se le iba siendo más difícil soportar su curiosidad.
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Atmosphere

Llueve. De nuevo. Y hay una canción que me gusta escuchar cuando llueve, de nuevo. Atmosphere de Joy Division. Una de mis canciones favoritas, y también mi canción predilecta de Joy Division. Las letras y la voz de Ian Curtis definen el resto de una atmósfera envolvente, melancólica y cautivadora.

Este video fue producido en 1988, con la dirección de Anton Corbijn, quien luego dirigiría en 2007 la película sobre Curtis, Control (una película muy buena, recomendable). La canción, creo, se grabó en octubre de 1979, y fue publicada por primera vez al año siguiente. Un tema al que regreso con frecuencia. Don’t walk away in silence, don’t walk away.