Todas las películas de Studio Ghibli me resultan muy recomendables. Ésta, Howl’s Moving Castle, basada en el libro homónimo de Diana Wynne Jones, es toda una delicia sensorial. Miyazaki logra un balance perfecto entre los espacios mágicos y los espacios cotidianos, no-mágicos. Además, el contenido de la película aborda varias ramas filosóficas y plantea preguntas importantes. Para verla una y otra vez.