Es asombroso cuánto pueden aumentar la felicidad y la eficiencia cultivando una mente ordenada, que piense en las cosas adecuadamente en el momento adecuado, y no inadecuadamente a todas horas. Cuando hay que tomar una decisión difícil o preocupante, en cuanto se tengan todos los datos disponibles, hay que pensar en la cuestión de la mejor manera posible y tomar la decisión; una vez tomada la decisión, no hay que revisarla a menos que llegue a nuestro conocimiento algún nuevo dato. No hay nada tan agotador como la indecisión, ni nada tan estéril.
Nota: Éste es un librito muy agradable. Publicado en 1930, y dirigido a una audiencia muy peculiar, conserva aún muchísima lucidez. Particularmente, como estudiante de computación y matemáticas resulta imposible no encontrarse muchas veces con las ideas de Bertrand Russell. Podemos o no estar de acuerdo con él, pero su genialidad resulta indiscutible.