Génesis Ideológico

Mil veces la experiencia ha demostrado, incluso en personas no particularmente dadas a la reflexión, que la mejor manera de llegar a una buena idea es ir dejando que fluya el pensamiento al sabor de sus propios azares e inclinaciones, pero vigilándolo con una atención que conviene que parezca distraída, como si se estuviera pensando en otra cosa, y de repente salta uno sobre el inadvertido hallazgo como un tigre sobre la presa.

José Saramago (El Evangelio según Jesucristo)

 

Evangelista

Llegué por un atajo, el del evangelio. Tenía un letrero grande que decía: “Gracias te doy, Señor, nuestro Dios, rey del universo, que por el poder de tu misericordia así me restituyes, viva y consciente, mi alma”. No había reparado yo, a pesar de los años, en el pelo siempre ensortijado de los ángeles, ni en esa casi automática asociación entre las rubias y el pecado. Acepté también que “ni yo puedo hacerte todas las preguntas, ni tú puedes darme todas las respuestas”. Después vinieron tus bendiciones con elefantes, ensayos, cavernas y el hijo descarriado de Adán y Eva. Gracias, señor. Gracias, maestro. Que le vaya bien.