Aparecen por doquier, nacen de la tierra en un instante. Infinitas, te persiguen donde vayas. Es la misma hormiga, con mil cuerpos. Hambrientas, sedientas. Además, pronto llegarán los vientos más fríos: por eso surcan la tierra y recolectan cuanto pueden, infatigables, anticipándose al rigor de la vecina temporada. Por eso, si te descuidas un rato, si te entregas a la inmovilidad durante algunos minutos, sentirás el pinchazo, el recorrido, la reunión sobre tu piel. El día que la naturaleza así lo decida, cuando las condiciones ambientales tornen imposible la vida humana en este planeta, ellas reinarán en la tierra. O acaso ya reinan, o acaso han reinado siempre. Hombre diminuto y prepotente, estás aquí, cuando mucho, desde hace un millón de años. Los insectos, cuando poco, han ocupado la Tierra por más de 400 millones de años.
Eh, sí, hoy me picaron las hormigas.