Poema 5

Autor: Alejandro (Incluido en 3 pesos por cada verso, 2010)

Señora,

su ausencia es el dolor de todas las cosas.

Señora,

sus triunfos son la alegría de un alba coronada con pájaros, con sol y con sus mejillas sonrojadas.

Señora,

la noche de sus derrotas y frustraciones, es la más oscura de mis noches.

Señora,

mi nombre en sus labios y su cuerpo en la penumbra tibia de esta casa son brisa para mi piel

encarnación de mi Dios

ventanas abiertas

el cielo reclamando espacios.

Señora,

usted desnuda la pobreza de mi conjugación: yo desear, yo deseo, yo la deseo, yo a usted.

Señora,

la cercanía de su cuerpo es la más profunda de mis turbaciones

y sin embargo

no hay nada que anhele más en este mundo.

Señora,

quiero ser inquilino de sus sueños

modisto de su cintura

culpable de sus sonrisas

su flor y su polen

sus pasos y su alfombra

su mar y su navío.

Señora, yo la amo.

Palabreo de la Loca Luz Caraballo

Autor: Andrés Eloy Blanco (Incluido en La juanbimbada, 1960)

Los deditos de tus manos,
los deditos de tus pies:
uno, dos, tres, cuatro, cinco,
seis, siete, ocho, nueve, diez.
(Anónimo venezolano)

De Chachopo a Apartadero
caminas, Luz Caraballo,
con violeticas de mayo,
con carneritos de enero;
inviernos del ventisquero,
farallón de los veranos,
con fríos cordilleranos,
con riscos y ajetreos,
se te van poniendo feos
los deditos de tus manos.

La cumbre te circunscribe
al solo aliento del nombre,
lo que te queda del hombre
que quién sabe dónde vive;
cinco años que no te escribe,
diez años que no lo ves,
y entre golpes y traspiés,
persiguiendo tus ovejos,
se te van poniendo viejos
los deditos de tus pies.

El hambre lleva en sus cachos
algodón de tus corderos,
tu ilusión cuenta sombreros
mientras tú cuentas muchachos;
una hembra y cuatro machos,
subida, bajada y brinco,
y cuando pide tu ahínco
frailejón para olvidarte,
la angustia se te reparte:
uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Tu hija está en un serrallo,
dos hijos se te murieron,
los otros dos se te fueron
detrás de un hombre a caballo.
«La Loca Luz Caraballo»
dice el decreto del Juez,
sin hijos y sin carneros,
contandito los luceros:
…seis, siete, ocho, nueve, diez…


Notas de Alejandro: Éste es el poema al que me referí en mi post previo sobre Mérida. Andrés Eloy Blanco (6 de agosto de 1897, Cumaná, Venezuela – 21 de mayo de 1955, México D.F., México) es una de las figuras más importantes de la literatura y la política venezolana. El “Palabreo de la Loca Luz Caraballo” lo escribió durante su confinamiento forzado en Timotes (población del estado Mérida, Venezuela), durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Chachopo y Apartadero (Apartaderos, San Isidro de Apartaderos) son otras dos poblaciones del estado Mérida, al igual que Timotes pertenecientes a la geografía del páramo. El frailejón, precisamente, es una planta típica de la zona. En los versos “los otros dos se te fueron / detrás de un hombre a caballo” hay una referencia a Simón Bolívar, concretamente, al paso del Libertador por Los Andes.

The boy is back in town

El muchacho tenía varios días sin escribir aquí. Estaba de viaje.  El mundo es un lugar maravilloso, a pesar de los telediarios. Pero al regresar, como suele suceder, se encuentra uno con multitud de compromisos, perfectamente apilados, expectantes y urgentes. Hoy, justamente, he cumplido con el más perentorio de dichos compromisos, por lo cual me concedo una pequeña licencia para pasar por aquí. Algunas novedades:

  • Hace algunos días recibí las notificaciones de aceptación para unos cuentos míos: “Un lunes cualquiera” y “Una Jaula” aparecerán en los venideros ejemplares de las revistas Narrativas y Mandeb, respectivamente.
  • Aquí en mi casa, curioseando en un estante relativamente olvidado encontré dos LP fantásticos, uno de Raphael y otro de Nino Bravo. Los adquirió mi mamá hace muchos años, y después de cumplir con su propósito de divertimento en aquellas décadas, los discos habían quedado relegados al polvo. La música de estos dos artistas españoles me fascina, así que le dedicaré un post a estos discos en cuanto tenga más tiempo.
  • Hablando de discos… el “manolenta” Eric Clapton ha publicado un sensacional disco de blues. Su interpretación de Autumn Leaves es magistral.
  • Las esperas de los aeropuertos me han servido para escribir poesía. O mejor dicho, para transformar chispazos de lucidez en versos sueltos. Pero aún falta la amalgama que convierta en poemas esos botes a la deriva.
  • Hace rato que llueve abundantemente en varias partes de Venezuela.
  • En Margarita, este 8 de Septiembre, se celebró el día de la Patrona de Oriente, la Virgen del Valle. Mi pueblo, su gente, su fe.
  • Uuuuhhh… El Barcelona perdió con el Hércules 2-0 en el Camp Nou. No me esperaba eso. Pero gloria al vencedor y honor al vencido. Me gustó el despliegue del equipo de Alicante.
  • Tampoco he tenido tiempo para pasar por mis blogs favoritos. Y hay muchos correos electrónicos que aún debo contestar. Y hay muchas amistades que debo visitar. Todo con calma.

Hijo de la Luz y de la Sombra

Joan Manuel Serrat es, sin espacio para la duda, mi artista preferido. Y mi disco favorito, sin dilaciones, es “Mediterráneo”. De Serrat destaco la elocuencia de sus composiciones, la concisa sencillez, y los ritmos intimistas, melancólicos o irónicos. Serrat entrega música de múltiples dimensiones, trascendental, y sin embargo, al alcance de cualquiera que se disponga a escuchar. Podría resumir con una palabra: magia.

Los discos aludidos

En su disco más reciente, “Hijo de la Luz y de la Sombra”, Serrat retoma la relación directa con el poeta Miguel Hernández. En mi juicio poco humilde y de escaso valor, y a riesgo de ser acribillado por algún serratiano, creo que este nuevo disco me gusta más que el “Miguel Hernández” de 1972. Es cierto que aquel disco incluye clásicos inextinguibles, como “Menos tu vientre”, himnos como “Para la libertad”, e ídolos personales como “Nanas de la Cebolla” y “Llegó con tres heridas”. No obstante, disfruto mucho más “Hijo de la Luz y de la Sombra”. No sé si son los arreglos o la voz sobria. O quizás la selección de poemas. Poemas de apariencia sencilla, pero que te sorprenden gratamente en sus recodos, con sensualidad (he poblado tu vientre de amor y sementera / he prolongado el eco de sangre a que respondo), gallardía (ante la vida sereno / y ante la muerte, mayor / si me matan bueno / si vivo mejor) o simplemente, verdad (el hambre es el primero de todos los conocimientos). Sobre todas, “Cerca del Agua” me cautiva como ninguna: cerca del agua te quiero, mujer / ver, abarcar, fecundar, conocer.

Escucho este disco, en combinación con “Vinagre y Rosas” de Sabina, y la noche de pronto se hace menos noche.